1. EPILEPSIA
¿Qué es la epilepsia?
La epilepsia es una enfermedad del cerebro que causa convulsiones repetidas. Una convulsión es como una "descarga eléctrica anormal" en el cerebro, que puede hacer que una persona:
- Pierda la consciencia.
- Se mueva de forma involuntaria.
- Se quede mirando fijo sin responder.
- Se confunda o deje de reaccionar por unos segundos.
¿Cuáles son las causas más comunes de la epilepsia?
Las causas pueden variar según la edad de inicio:
- Niños: Problemas durante el nacimiento como falta de oxígeno, malformaciones cerebrales o infecciones.
- Adultos jóvenes: Traumatismos craneoencefálicos, factores genéticos o epilepsia idiopática.
- Adultos mayores (+60 años): Accidentes cerebrovasculares, demencia o cambios degenerativos del tejido cerebral.
En muchos casos, la causa no se conoce con exactitud, pero el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado permiten a la mayoría de los pacientes llevar una vida normal.
2. PARKINSON
¿Qué es el Parkinson?
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta principalmente el movimiento. Se produce cuando ciertas neuronas en una parte del cerebro llamada "sustancia negra" dejan de producir suficiente dopamina, una sustancia química clave que ayuda a coordinar los movimientos del cuerpo.
Con el tiempo, esto causa síntomas como temblor, rigidez muscular, lentitud de movimiento y pérdida del equilibrio.
¿Cuáles son las causas más comunes del Parkinson?
Aunque no se conoce con exactitud por qué algunas personas desarrollan Parkinson, se cree que está relacionado con una combinación de factores:
- Edad avanzada: Es más común después de los 60 años, aunque también puede aparecer antes (Parkinson juvenil).
- Factores genéticos: Algunas formas de la enfermedad se heredan en familias con antecedentes.
- Exposición ambiental: Contacto prolongado con ciertas toxinas o pesticidas puede aumentar el riesgo.
¿Cuáles son los síntomas principales?
- Temblor: Generalmente comienza en una mano o dedo, especialmente en reposo.
- Rigidez: Músculos tensos que pueden causar dolor y limitar el movimiento.
- Bradicinesia: Lentitud de los movimientos, dificultad para iniciar acciones motoras.
- Problemas de equilibrio: Dificultad para caminar y mayor riesgo de caídas.
- Cambios no motores: Depresión, ansiedad, alteraciones del sueño, pérdida de olfato o demencia en etapas avanzadas.
¿Cómo se trata el Parkinson?
El tratamiento del Parkinson combina medicamentos, terapias y en algunos casos, procedimientos quirúrgicos:
- Medicamentos: Levodopa-carbidopa, agonistas dopaminérgicos, inhibidores MAO-B, entre otros.
- Fisioterapia y terapia ocupacional: Para mejorar movilidad, equilibrio y funcionalidad diaria.
- Estimulación cerebral profunda (DBS): En pacientes con fluctuaciones motoras o efectos secundarios graves por medicamentos, se implanta un dispositivo que envía impulsos eléctricos a áreas específicas del cerebro.
- Tratamiento multidisciplinario: Incluye neurólogos, especialistas en trastornos del movimiento, psicólogos y nutricionistas.
Aunque no tiene cura, el tratamiento adecuado puede controlar bien los síntomas durante muchos años. La estimulación cerebral profunda (DBS) es una opción quirúrgica muy eficaz en pacientes seleccionados.
3. ENFERMEDAD CEREBROVASCULAR ("DERRAME")
¿Qué es la enfermedad cerebrovascular?
Es un problema en los vasos sanguíneos del cerebro, que interrumpe el flujo normal de sangre y oxígeno. Esto puede causar daño cerebral y, en los casos más graves, un derrame cerebral o infarto cerebral (también llamado ACV o ictus).
Tipos principales:
- Cerebrovascular isquémica (más común): Se produce cuando una arteria del cerebro se obstruye, reduciendo o bloqueando el flujo sanguíneo.
- Cerebrovascular hemorrágica: Ocurre cuando una arteria se rompe y hay sangrado dentro o alrededor del cerebro.
Causas comunes de la enfermedad cerebrovascular:
- Hipertensión arterial: La presión alta daña progresivamente los vasos sanguíneos del cerebro.
- Colesterol alto: Forma placas que pueden tapar las arterias y reducir el flujo de sangre al cerebro.
- Diabetes: Con el tiempo, afecta los vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de coágulos.
- Tabaquismo: Daña las paredes de las arterias y favorece la formación de coágulos.
- Sedentarismo: Contribuye al desarrollo de hipertensión, colesterol alto y enfermedades cardiovasculares.
- Obesidad: Está relacionada con hipertensión, diabetes y niveles anormales de colesterol.
- Fibrilación auricular: Un ritmo cardíaco irregular que puede provocar coágulos que viajan al cerebro.
- Edad y antecedentes familiares: El riesgo aumenta a medida que envejecemos o si hay historia familiar de ACV.
La prevención y el manejo temprano de estos factores es clave para reducir el riesgo de sufrir un derrame cerebral.